Shoshana Zuboff acuñó el término surveillance capitalism, o capitalismo de vigilancia para describir la explotación masiva de los datos que generamos online.
Una década después, la irrupción de la inteligencia artificial multiplica ese poder: los grandes modelos no sólo recolectan información, sino que la procesan para perfilar, predecir y, cada vez más, manipular.
Frente a ese escenario, algunos miramos al movimiento open source como posible tabla de salvación: software transparente, gobernado por la comunidad y sin necesidad de financiarse con anuncios. La pregunta, claro, es si ese ideal puede llegar a ser no ya moralmente superior, sino viable a escala planetaria.
¿Qué hemos aprendido en los últimos quince años? El desarrollo de redes sociales ...